Por lo que hemos podido saber, antiguamente había una pequeña capilla perteneciente a una familia que habitaba en la masía en ruinas que permanece a su lado. Fue más tarde, como necesidad de un templo grande para la colonia industrial que había en la zona, cuando se creó la nueva iglesia, que creemos que se construyó a finales del siglo XIX.
Una iglesia decorada con gran número de pinturas neorománicas, con gran colorido y que da al lugar un aire alegre y vívido. El altar principal muestra a su santo que cabalga a caballo, cruces, velas y estampas permanecen en el lugar esperando la próxima ceremonia religiosa. Encontramos otros altares más pequeños en los laterales del edificio, y en la parte posterior un sencillo rosetón que deja pasar la luz a través de su cristal en forma de cruz.